En la vía romana Osca-Ilerda
Esta calzada romana, recordada todavía por algunas gentes como el "Camín d´Osca" unía las poblaciones romanas de Osca (Huesca) e Ilerda (Lérida). Uno de sus tramos atraviesa territorios pertenecientes a los términos de Castejón del Puente, Ilche, Berbegal, Mondarruego (despoblado), Laperdiguera, Pertusa, Antillón, Pueyo de Fañanás, Fañanás, Alcalá del Obispo, Monflorite y el Santuario de Salas, coincidiendo en algunas zonas con la variante del "Camino Catalán por Huesca" que forma parte del Camino de Santiago, como en el tramo: Ilche, Berbegal, Lacuadrada, Pertusa, Antillón, Pueyo de Fañanás.
En su estudio "La vía romana de Ilerda a Osca", el profesor José Arturo Pérez Almoguera describe perfectamente el pequeño tramo de la vía entre Pueyo de Fañanás y Alcalá del Obispo, con una importante anotación sobre la situación del ya desaparecido y tan buscado puente romano. Tras describir el recorrido de la vía romana por el término de Blecua, continúa así:
". . . La vía es desde aquí perfectamente practicable, pues sirve de camino de acceso a una amplia zona de reciente regadío, y ya no pierde la recta hasta alcanzar el río Guatizalema. A pesar de que este camino ha sido recientemente explanado para permitir la circulación rodada por él, de trecho en trecho se ven hiladas de piedra perfectamente alineadas que corresponden a los umbos laterales que marcaban la caja del viejo camino. Sin perder la línea recta, comienza a descender hacia el cauce del Guatizalema aproximadamente a 1 km. al S. de la población de Pueyo de Fañanás.
6. Del Guatizalema a Huesca.- Comprende de la milla CCLXXXXI a la CCC, o de la CCLXXXXVI a la CCCV.
El Guatizalema tiene escasa anchura y poco caudal, pero como el Alcanadre discurre sobre un lecho de arenisca que lógicamente está muy desgastado, siendo su altura muy considerable. Gracias a la fotografía aérea hemos podido comprobar que la vía lo cruzaba, como hemos dicho, 1 km. al S. de Pueyo de Fañanás y no al lado de la presa existente junto al pueblo por donde la hacía pasar Carrillo. La altura del cauce en el sector por donde la vía lo cruza no es muy pronunciada, siendo posible incluso atravesarla sin puente, pero éste existió: quedan unos exiguos restos de su estribo en la margen derecha, pero no así en su izquierda donde se explotan las graveras.
Cruzado el río, sigue su orilla izquierda durante aproximadamente 1 km. a unos 1.500 m. al N. de Argavieso, desviándose a continuación para iniciar la prolongación de la recta que el camino tenía antes de cruzar el río. En un momento dado se hace impracticable y en algunos sectores se encuentra incluso cortado, pero sus restos no llegan a desaparecer completamente. Antes de llegar a Alcalá del Obispo quedan restos del umbo y, en algunos tramos, que por su anchura coinciden con la normal de las vías romanas, se conservan en los laterales las zanjas y cunetas.
El camino, tras dejar Alcalá, toma dirección NO. siendo al poco atravesado por la carretera local de Siétamo en el km. 95,300, continuando después hasta el río Botella, de tan exigua anchura y escaso caudal, que para atravesarlo no se precisa ninguna obra pudiendo hacerse a pie, por lo que no es raro que no exista puente. Continúa el camino perfectamente en línea recta al otro lado del río acercándose a la carretera de Huesca a Selgua, confundiéndose finalmente con ésta en unos 200 m. para desviarse más adelante hacia la derecha y separarse cada vez más de ella . . ."
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Paso aproximado de la vía romana entre Pueyo de Fañanás y Alcalá del Obispo - Imagen de fondo © Instituto Geográfico Nacional
Estructura de las vías romanas
Todo el territorio romano está unido por una impresionante red de calzadas que parte radialmente desde Roma, de aquí el dicho: "todos los caminos conducen a Roma". A los nuevos territorios conquistados se les dota inmediatamente de calzadas, lo que permite mantenerlos comunicados con las distintas plazas fuertes, campamentos y ciudades del imperio.
Pero no todas las calzadas son de igual categoría, ya que existen las "terrenae" (de tierra, muy comunes), las "glarea stratae" (empedradas con guijarros o pequeños cantos rodados) y las "silice stratae" (de piedras de mediano tamaño). Las calzadas más avanzadas, que sólo se construyen en la mejor época del Imperio en las grandes ciudades o cerca de ellas, llegan a tener hasta un metro y medio de espesor y cuentan incluso con aceras elevadas para los peatones. Su superficie está peraltada y ligeramente abombada y se colocan canales a ambos lados para recoger y evacuar de la calzada el agua de lluvia. A lo largo de su recorrido se utilizan "miliarios" (mojones) para indicar distancias.
Para su construcción se utilizan varias capas de diversos materiales: el "statumen", piedras planas regulares que hacen de cimiento y se adecuan a las características del terreno; el "rudus", una capa de relleno a base de graba colocada sobre el statumen; el "nucleus", una mezcla apisonada de arena, cal y pedruscos machacados que se extiende sobre el rudus; y finalmente el "pavimentum" (summa crusta o summa dorsum) compuesto de losas planas poligonales unidas entre sí con argamasa.
En realidad las técnicas constructivas de cada calzada se adecuan al tipo de subsuelo de la zona y al uso que se le va a dar, por lo que pueden encontrarse desde sencillos caminos de tierra y graba que unen pueblos y villas campestres (viae rusticae), hasta carreteras consulares con ocho metros de anchura y un carril en cada sentido.

Sección de una calzada "terrenae"

Sección de una calzada "glarea stratae"
Un enigma sin resolver
Aunque pueda parecer una pregunta absurda y sin importancia para quienes desconocemos las dificultades técnicas de las grandes obras constructivas, los especialistas en la materia siguen preguntándose cómo consiguieron los topógrafos romanos conservar alineaciones tan rectas en el diseño de sus largas calzadas, como en el tramo de 28 Km entre Pertusa y Huesca, los impresionantes 120 Km entre las ciudades francesas de Nimes y Narbona, o sus largas canalizaciones y acueductos.

Entalle en el paso de la vía romana por el término de Alcalá del Obispo - La actual carretera A-1217 aprovechó parte de la antigua calzada romana

Alineación de la vía romana entre Pertusa y Huesca- Imagen de fondo © Instituto Geográfico Nacional
En el libro "Vías romanas. Ingeniería y técnica constructiva", el ingeniero Isaac Moreno Gallo, gran especialista en calzadas romanas, deja bien patente esta gran duda sobre las técnicas constructivas romanas:
". . . Este fenómeno, que apenas puede apreciarse si no es en un buen mapa a escala adecuada, es todavía más sorprendente si consideramos que la orografía tiene obstáculos importantes, como la propia ascensión desde Pertusa a los llanos de Blecua y Sesa, la vaguada del río Guatizalema o el escarpe transversal a la vía entre Monflorite y Bellestar. Este tipo de alineaciones no puede ser fruto de la casualidad y en esta ocasión, la orografía y la distancia notable entre ambas 'mansio' dificultan mucho el replanteo con métodos topográficos simples . . .".
". . . Aunque conocemos por diversas fuentes clásicas de la existencia de instrumentos muy avanzados similares al taquímetro, como la 'dioptra', y del uso frecuente de instrumentos de nivelación de cierta precisión, como el 'corobate', las interpretaciones que se han dado a estos instrumentos y las reconstrucciones propuestas no sirven para realizar una labor topográfica de precisión como la que los romanos realizaron, no ya en carreteras, que tampoco, sino en las mucho más delicadas labores de canalización de aguas. Sigue sin una explicación satisfactoria el hecho de trabajar a largas distancias con esta instrumentación sin el uso de la óptica, de la que a todas luces no disponían, y un largo etcétera de sombras que no permiten completar una crítica satisfactoria de cómo los romanos realizaron el replanteo de obras de extraordinaria precisión, como los acueductos de muchas decenas de kilómetros que guardan escrupulosamente su perfil longitudinal con bajísimas pendientes . . ."
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Foto de encabezado: Entalle en el paso de la vía romana por el término de Alcalá del Obispo - La actual carretera A-1217 aprovechó parte de la antigua calzada romana