Historia de Fañanás 2: Más de siete siglos bajo dominio señorial del Obispado de Huesca
1139: El obispado oscense toma plena posesión de Fañanás
Aunque Pedro I dona el Castillo y la Villa de Fañanás a la Catedral de Huesca el 5 de Abril de 1097, el obispado no llega a su completa posesión hasta 1139, durante el reinado de Ramiro II de Aragón, más conocido como Ramiro el Monje, la figura principal de la famosa leyenda de la Campana de Huesca: los nobles aragoneses luchaban frente al rey por alcanzar mayores cotas de poder y de riqueza, llegando incluso a enfrentarse entre ellos tras la reciente llegada al trono de Ramiro II, que en una de esas disputas estuvo a punto de perderlo y tuvo que refugiarse en Besalú en 1135, pero a su vuelta solucionó el problema ordenando decapitar a un grupo de magnates sublevados que participaron en el saqueo de una caravana islámica cuyo paso por el territorio aragonés estaba protegido por la tregua real.
Durante este año de 1139 se pacta un acuerdo para que el obispo oscense pueda tomar la posesión completa de Fañanás, pues sus derechos de propiedad se enfrentan con los derechos de los sucesores de Sancho Garcés de Cerasvas, ya que el rey Pedro I había recompensado también a este último en 1096 con parte del Castillo de Fañanás. En el documento se acuerda que:
". . . Dodo, obispo oscense, con el consentimiento del cabildo, a fin de terminar las vejaciones de la discordia, que desde tiempos pasados había existido entre mis predecesores obispos y Sancho Garcés y los hijos de éste Galind Sanz y Lope Sanz, dí a Lope Sanz el castillo de Tabernas, con todo lo que me pertenece, menos la iglesia de la villa y sus propiedades, con la condición de que lo posea solamente él durante su vida y un hijo o una hija suyos, si fueren nacidos de legítima mujer, después de la muerte de él o de su hijo o hija, volverá con todos sus derechos a ser propiedad del obispo y canónigos de la Seo. También añadí a título hereditario unas heredades, que yo poseía en Zaragoza y Borja, con la condición de que él y los suyos asistan con su consejo y auxilio a mí y a mis sucesores . . .”.
A lo que Lope Sanz accede, declarando que:
". . . Dejé la parte que mi padre había tenido en Fañanás y que yo tenía por voz paterna, de manera que ni yo ni mi posteridad podemos tener o reclamar cosa alguna en dicho castillo y sus términos . . .".
Este acuerdo gozó de gran solemnidad, pues según indica el documento, tuvo lugar: ". . . en presencia de Ramón Berenguer, príncipe de los aragoneses y conde de Barcelona . . .". Ramón Berenguer IV el Santo ostentaba el primer título desde su matrimonio con Doña Petronila, hija del rey Ramiro II de Aragón. También estaban presentes en el acto: ". . . D. G. obispo lascurrense y legado de la Santa romana Iglesia; A. Mir, conde de Pallars y próceres de Aragón . . .". La plena posesión de Fañanás es confirmada en Abril del mismo año en una bula papal expedida por el pontífice Inocencio II.

Pintura "La Campana de Huesca" realizada en 1880 por el pintor palentino José Casado del Alisal
En la fonoteca de Aragón Radio está disponible una [ grabación en audio de la leyenda ] interpretada por el Grupo de Teatro de Fañanás "La Solana".
1165: Repoblación definitiva de Fañanás
La repoblación definitiva de la villa tiene lugar en tiempos del obispo Esteban de San Martín (1165-1186), y se realiza exclusivamente con cristianos, manteniéndose su reducida población de mudéjares a lo largo del siglo XII.
1194: Donación de una heredad
El obispo Ricardo dona a su baile Pedro la heredad que posee en Fañanás Mahomat de Ola, con la obligación de tributar noveno, diezmo y primicia de la producción, ". . . ad usus et ad forum de christianis qui in predicto Faianas habitant . . . illi christiani quos Stephanus, episcopus, predecesor noster, in predicta villa populavit . . .".
1199: Construcción y donación al obispado de un puente sobre el río Guatizalema y de una ermita-hospital
Ramón de Uncastillo, un viudo residente en Huesca, había construido con el consentimiento del obispado un puente sobre el río Guatizalema, dentro de la parroquia del Castillo de Fañanás, y más tarde una ermita-hospital cerca de éste: ". . . quoniam pons et hospitale sunt in parrochia oscensis episcopi . . .".
En Enero de este año dona ambas construcciones al obispo oscense Ricardo, el cual concede a Ramón de Uncastillo y a sus sucesores el derecho a tener en dicho hospital un oratorio y un cementerio para pobres, con la condición de que mantengan allí a un clérigo y que nombren a un laico como Baile, el cual se encargará de gestionar el hospital en su nombre. También impone la condición de que ". . . el clérigo encargado del hospital, deberá hacer obediencia al obispo . . .". El cargo de Baile (encargado, del latín medieval baiulus) permite recaudar rentas, administrar bienes e impartir justicia, y según los Fueros del Reino de Aragón sólo puede ser ejercido por un aragonés que no sea judío.
Otra de las cláusulas del documento viene a confirmar que en este momento el Castillo de Fañanás pertenece ya por completo al obispado, pues ordena que ". . . de las oblaciones que obtenga el oratorio se harán dos partes, una para el obispo (pro Castro de Fanyanas) y la otra mitad para el hospital . . .".
Durante la Edad Media una de las funciones de muchas ermitas es la de servir como hospitales, especialmente durante las epidemias de peste negra que asolan Europa entre los años 1348 y 1400, sirviendo también como lazaretos o leproserías, refugios habituales de los enfermos del mal de "San Lázaro".
Para evitar los contagios, las villas disponen de ermitas-hospitales en las afueras de las localidades, con camas en los pisos superiores, capillas y cementerios propios. Están situadas en lugares estratégicos próximos a caminos muy concurridos, ya que otra de sus misiones es la de asistir a caminantes, mendigos y peregrinos del Camino de Santiago.
Estos templos suelen estar bajo la advocación de San Lázaro, San Sebastián, o María Magdalena, la hermana de Lázaro, el enfermo que murió de lepra y fue resucitado por Jesucristo, aunque algunos cambian posteriormente de advocación llegando a la actualidad con otros titulares.
En las localidades más importantes y en algunos puntos muy concurridos del Camino de Santiago se construyen enormes hospitales renacentistas, que cuentan con diversos patios interiores y varios pisos, en cuyas plantas bajas o peregrinerías se ofrece alojamiento y comida, destinando las plantas altas a enfermerías, algunas de ellas reservadas exclusivamente para sacerdotes, nobles y personajes ilustres.
1227: Donación de algunas propiedades de Abrisén al Temple
En el mes de Junio, el Señor de Huesca, Marco Ferriz de Lizana, con el beneplácito de la noble Tota de Abiego, dona a la Encomienda del Temple de Huesca una casa y algunas heredades en Abrisén, que están cuidadas por el mudéjar Abdela de Arif:
". . . In Dei nomine. Notum sit quod ego dompno Marco Ferriz, assensu et voluntate de dompna Tota de Abego, dacio hanc cartam donationis Domui Milicie et vobis fratri Nunno, comendatori domus Osce, et ceteris fratribus. Placuit mi, et ob remedium animarum nostrarum, dono et concedo vobis in Panimale nostram illam casam de Abdela de Arif de Abrisen. Hoc est de casis, terris, vineis, ortis et ceteris rebus ad eandem hereditatem pertinentibus et cum omnibus serviciis et usaticis que mi a predicto Abdela et parte sua pleno iure pertinent aut pertinere debent. Hoc modo dono et concedo vobis hac omnia ut ab iste die in antea vos et succesores vestri habeatis et possideatis illa libere et solute, ad propriam hereditatem domus Milicie, omni tempor. Et ut firmum et securum sit semper, dono vobis inde fidancias salvitatis ex totis hominibus et feminabus, secundum usum istius terre: don Felip de Olevito et don Johan Porchet. Et sunt inde testes auditores et visores huius doni don Bonent Roy, carnicer, filius de don Bonent Capez, et Johan Roy. Actum est hoc in mense junii apud Oscam. Era MªCCªXXªVIIª. Aliaaa constitit XX solidos. Ego Andreas. scriba, hanc cartam scripsi et ex mandato utriusque partis hoc sugnum feci . . .".
1228: Construcción del oratorio de Fañanás
Antes de la construcción de la actual iglesia, Fañanás contaba con un "oratorium" dedicado a San Juan Bautista, del cual no se conoce ni su localización ni el año exacto de su construcción, aunque podría ser el de 1228, pues en Junio de 1229 el obispo García de Gudal instituye un capellán perpetuo a cargo de la mitra oscense para dicho oratorio, al tiempo que el Señor de Pueyo dota la capellanía con una renta anual de 300 sueldos sobre sus heredades.
1231: El obispado contra los sarracenos
El obispo oscense García de Gudal ". . . concede a los cristianos vecinos de la villa episcopal de Fañanás las heredades que poseen y labran . . .", y entre las condiciones que les impone a cambio ". . . les prohíbe comprar propiedades de los sarracenos de Fañanás . . .". A partir de este año los habitantes de Fañanás quedan liberados de un tributo que existía hasta este momento, el "prauum usum uel censum", aunque deben continuar pagando el resto de tributos que les corresponden. Los habitantes de los castillos y villas bajo el dominio del obispado de Huesca, están obligados a pagar al obispado los habituales diezmos y primicias así como la novena parte de determinados productos, que en el caso de Fañanás son "pane et uino et lino et agnis".
1236: Asignación de las rentas de Fañanás al obispo García de Gudal como parte de su pensión de jubilación
El obispo accede al cargo en 1201, en un momento de fuertes pleitos e intrigas entre los cabildos de Huesca y Jaca, por lo que tras sus tres viajes a Roma para informar al Papa de la gravedad de la situación, opta por un mando más firme y agresivo, pero sólo consigue empeorar más las cosas y reabrir antiguas heridas de las que surgen nuevos enfrentamientos. En Septiembre de 1229 el obispo es llamado por el papa Gregorio IX para que aclare los dieciséis cargos que han sido presentados contra él, pero se resiste a viajar a Roma, por lo que el pontífice envía a Huesca al arzobispo de Tarragona para que investigue dichos cargos, entre los que se encuentran el de atentar contra la integridad de alguna abadesa y actuar con violencia. Finalmente se pacta una diplomática jubilación forzosa, alegando que el obispo es ya muy viejo y no cuenta con la capacidad necesaria para dirigir la diócesis, por lo que se considera conveniente reunir a los dos cabildos y establecer una pensión vitalicia que permita al obispo vivir sus últimos años con dignidad.
El 6 de Julio de 1236 se celebra una reunión a la que asisten ambos cabildos y el legado Guillermo enviado por el Papa, en la que se decide asignar al obispo una pensión sobre las rentas generadas por el Castillo de Fañanás, la Villa de Abrisén, la Iglesia de Berbegal, la Villa de Benariés, y otros dominios. También se decide que el próximo obispo sea elegido en la ciudad de Jaca, lejos de los grupos de poder de la capital oscense, pero la reunión de Jaca es un completo fracaso, por lo que finalmente resulta elegido obispo el canónigo barcelonés Vidal de Canellas.
1262: El obispo Domingo de Sola compra propiedades en Abrisén
El 3 de Septiembre, el obispo oscense compra a García Español y a sus hermanas Marta y Teresa un casal, una era, un huerto y trece campos que poseen en Abrisén por 22 sueldos jaqueses y 2 dineros jaqueses. En Octubre compra también a cinco vecinos de Abrisén una casa, un huerto, una viña, una era y quince campos por 240 sueldos jaqueses.
1272: Pignoración del Castillo y la Villa de Fañanás a favor de Guillelmona de Sora
El infante Pedro, hijo de Jaime I de Aragón, que más adelante reinará como Pedro III, firma el 7 de Abril en la pignoración (entrega de un bien como prenda para obtener un préstamo) que del Castillo y Villa de Fañanás hace el obispo de Huesca a favor de Guillelmona (Guillerma) de Sora, viuda de Domingo Dombuy.
1276: Urraca Ortiz hereda el Castillo y la Villa de Abrisén
Los propietarios de Abrisén por herencia familiar son los esposos Ferriz de Lizana y Jusiana de Atrosillo, como indica el testamento de Altabella de Lizana firmado en 1275. En 1276 firman en Sangarrén el testamento de Cenda de Lizana, por el que legan todas las propiedades de Abrisén y la heredad de Ola a su hija Urraca Ortiz: ". . . Item lexo ad Urracha Ortiç, filla mia, en ante part, el castiello e la villa d’Abrisén, con todos sus dreytos e sos exidas entegrament, et la heredat d’Ola, segunt de como don’Altabella a mi lo lexo en su çaguer testament . . .".
1278: Pleito entre el obispo de Huesca y Guillelmona de Sora
El castillo de Fañanás está regentado por Guillelmona de Sora y su marido García Pérez de Lozano, en virtud de la pignoración firmada con el anterior obispo García Pérez de Zuazo, pero el actual obispo oscense, Jaime de Sarroca, reclama que el Castillo le sea restituido.
El 23 de Mayo de 1274, el pontífice Gregorio X había firmado en Lyon la delegación de sus competencias para el entendimiento en las causas de enajenación de bienes del obispado oscense. En virtud de dicha delegación y en fecha imprecisa, el actual pontífice Nicolás III nombra juez a Arnaldo de Yerneto, deán de Lérida, para que inicie los primeros trámites de un pleito relativo al Castillo de Fañanás, los cuales no llegan a terminarse porque Guillelmona de Sora presenta rápidamente una apelación ante el deán de Lérida a través de su propio procurador, el canónigo Guillermo de Sixena.
La causa es devuelta a la sede pontificia y el Papa nombra auditor de la misma al cardenal Guillermo, el cual en presencia de Ramón de Ponte, abogado del obispo, cita a declarar a Guillelmona y a su marido, a sabiendas de que no se encontraban presentes en el acto ni personalmente ni por procurador, lo cual no impide al representante del obispo solicitar que los esposos apelantes sean declarados contumaces y que el Castillo y Villa de Fañanás sean devueltos al obispado oscense. En conformidad con dicha petición, el cardenal pronuncia sentencia a favor del obispo, que es firmada en su casa de Viterbo el 14 de Julio.
Una vez dictada la sentencia, el pontífice Nicolás III, en bula expedida el 19 de Julio en Viterbo, delega en el abad de Poblet para que cumpla la sentencia del auditor y dé posesión al obispo de Huesca del ". . . castrum de Fayanas cum juribus et pertinencis suis . . .", que Guillelmona y García Pérez de Lozano ". . . detinebant contra justiciam occupata . . .", aunque Guillelmona no permanecerá de brazos cruzados ante dicha sentencia.
1279: Fañanás se enfrenta al abad enviado por el Papa
El viernes 10 de Febrero, en reunión celebrada en el palacio episcopal oscense, el obispo Jaime de Sarroca presenta los documentos pontificios a Fray Bernardo, abad de Poblet, en los que se le encarga la ejecución del mandato papal relativo a la toma de posesión del Castillo y Villa de Fañanás.
El 13 de Febrero, Fray Bernardo viaja al castillo de Fañanás, dispuesto a dar posesión del mismo al canónigo de Lérida y procurador episcopal Arnaldo de Cascalls, pero su visita es activamente rechazada tanto por parte de los señores como de los vasallos, lo cual queda perfectamente descrito en el documento catedralicio que hace referencia a este hecho:

Caballero de la Orden Militar Hospitalaria de San Juan de Jerusalén
“. . . Fray Bernardo, abad del monasterio de Poblet, ejecutor nombrado por la sede apostólica, en compañía del notario Pedro Ferrer y los testigos Miguel Violeta y Martín de Bolea, fue al castillo de Fañanás para dar posesión del mismo al procurador del obispo Arnaldo del Cascalls, canónigo de Lérida.
Al acercarse al castillo la comitiva, saliéronle al paso Juan de Sora, hermano de Guillelmona, protegido con una loriga, así como otro hombre que le acompañaba, ambos armados con lanzas. Les dijo dicho Juan que no pasaran adelante porque dona Guillelmona no quería hablar con el abad, advirtiendo que de seguir adelante, corrían peligro sus pieles.
Preguntó Juan de Sora al abad si quería hablar con García Pérez de Lozano, indicándole le encontrarían no muy lejos, hablando con el noble Atón de Foces. El abad y los demás acompañantes, al dirigirse donde estaba García Pérez, viéronle dirigirse al castillo. Se le acercaron y él no quiso esperarles. Es más, les mandó un escudero, el cual dijo al abad: "¿Sois vos el abad de Poblet?". Y este díjole que sí. Dijo el escudero: "Os dice García Pérez, que salgáis inmediatamente del castillo de Fañanás, ya que no quiere hablaros, ni oíros".
Por fin, viendo el abad que el castillo y la villa estaban guarnecidos por una multitud de hombres armados, que tañían las campanas a rebato, que los vecinos chillaban y que los hombres armados que salían de todas partes, los de a caballo y los de a pie, no cesaban de moverse, juzgó que no estaba seguro y que no convenía acercarse más al castillo, lo que hubiera equivalido a ponerse en peligro de muerte.
Y allí mismo, desde lejos, y aún dentro del término del castillo, puso y dió posesión del dicho castillo y villa de Fañanás al antedicho Arnaldo de Castalls, como procurador del obispo de Huesca, mostrándolo lo ancho y lo largo del término, y lanzó sentencia de excomunión a los esposos García Pérez de Lozano y Guillelmona de Sora . . . "
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La excomunión prohibía al sentenciado gozar de cualquier privilegio adquirido con anterioridad, por lo que el obispo de Huesca conseguía así liberar a los habitantes de Fañanás de toda relación de dependencia con doña Guillelmona y por lo tanto del pago de diezmos u otros impuestos, arruinando tanto su capacidad económica como defensiva. La excomunión también prohibía a los cristianos tener cualquier tipo de relación con el excomulgado, el cual pasaba a tener la misma consideración que un apestado. Pero es evidente que la toma de posesión en semejantes condiciones no le sirve de mucho al obispado, al menos a corto plazo, por lo que no cejará en su empeño hasta conseguir recuperar el completo dominio de Fañanás y de sus tributos.
Resulta curioso que precisamente aquel 13 de Febrero de 1279 se encuentre reunido García Pérez de Lozano con el noble Atón (Atho) de Foces, caballero hospitalario de la Soberana Orden Militar Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, pues en la Corona de Aragón las dos órdenes que comparten el poder con el rey y hacen sombra al poder eclesiástico son la citada orden, fundada en 1048, y la de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón u Orden del Temple, fundada en 1119.
Ambas órdenes tienen el mismo rango en la iglesia y en el estado, son reconocidas como órdenes regulares, y el Papa les concede grandes privilegios, como la absoluta independencia de cualquier autoridad, incluida la eclesiástica (excepto la del propio Papa), la exención de pagar diezmos, y el derecho a tener sus propias capillas, cementerios, monjes y sacerdotes. No es de extrañar por lo tanto que las autoridades eclesiásticas no fueran acogidas muy amigablemente en Fañanás aquel día, y mucho menos teniendo en cuenta sus intenciones.
Es interesante destacar que Atho de Foces fue un mesnadero especialmente fiel del rey aragonés Jaime I el Conquistador, a cuyo lado guerreó en innumerables ocasiones, de lo cual da fe repetidamente el propio monarca en sus crónicas. En un documento aparece incluso cruzando el Mediterráneo hacia Mallorca, defendiendo como siempre los intereses del Reino de Aragón, junto con el noble Rodrigo de Lizana, que también ha llenado muchas páginas de la historia de Aragón y cuya familia era propietaria del poblado de Abrisén, entre otros bienes.
A lo largo de años de conquista, el rey acaba donando a Atho de Foces y a Rodrigo de Lizana innumerables posesiones, tanto en Aragón como en Valencia y otros territorios, los cuales las donan a su vez a la Orden Hospitalaria. Athon muere en 1302 y es sepultado en el panteón de los Foces del templo de San Miguel de Foces, perteneciente al antiguo poblado de Foces, muy cerca de la actual villa oscense de Ibieca.
Tanto los caballeros hospitalarios o sanjuanistas como los templarios consiguen importantes donaciones y acumulan un creciente poder, convirtiéndose pronto en rivales, lo que influye en el rápido declive del Reino de Jerusalén, y aunque el Concilio de Lyon intenta unirlos, estallan en sangrientas luchas. El rey francés Felipe IV el Hermoso acaba endeudándose completamente con la Orden del Temple, y junto con el Papa Clemente V deciden acabar con el poder de los templarios, decretando que la mayor parte de las posesiones templarias de Aragón pasen a la nueva Orden de Montesa fundada en 1317. La nueva orden no tiene el carácter general de la Orden Templaria y se ciñe a unas normas muy rígidas, con dependencia absoluta de la autoridad eclesiástica y del rey. Más adelante les tocará el turno a los hospitalarios, que aunque en un principio se resisten a entregar sus bienes a la Orden de Montesa, no tardan mucho en comprender que no les queda otra opción.
1279: Guillelmona envía a su procurador al monasterio de Poblet
Guillelmona de Sora y su marido García Pérez de Lozano optan por resolver el pleito en base a sus derechos jurídicos, por lo que el 29 de Noviembre envían al monasterio de Poblet a su procurador Guillermo de Sena, el cual denuncia ente al abad Fray Bernardo el hecho de que no le permitan actuar como juez en el pleito de Fañanás y solicita que le sean entregadas copias del proceso llevado a cabo en la curia romana así como de la delegación papal.
También manifiesta el procurador que sus representados están dispuestos a demostrar documentalmente que antes de que la causa fuera devuelta a la curia romana, los dos esposos ya habían renunciado a su apelación formulada ante el deán de Lérida, por lo que no se podía fallar contra ellos por contumaces, y solicita la absolución de ambos puesto que están enfermos y dispuestos a demostrar su inocencia y obediencia a la Iglesia.
1280: Excomunión de doña Guillelmona
De Julio de este año se conserva un documento en el que, sin hacer mención expresa de Fañanás, es probable que esté relacionado con ello. El arzobispo de Tarragona, P. Brn., escribe al obispo de Lérida, G., diciéndole que ha recibido quejas del obispo de Huesca, sobre agravios, injurias y daños, que ha recibido este ". . . a nonnullis tam militibus quam aliis . . .".
Manda al de Lérida ". . . ne dicti molestatores et malefactores de sua perversitate diutius valant comodum reportare . . .", que se vea con el de Huesca y, según este le diga, promulgue sentencia de excomunión como previene la constitución del concilio de Tarragona.
Con esta excomunión, el obispo de Huesca conseguía al menos desligar a los servidores y vecinos de Fañanás de sus compromisos de dependencia con doña Guillelmona, reduciendo de este modo sus ingresos y su capacidad defensiva.
1289: El obispado recupera el Castillo y la Villa
El obispado consigue finalmente recuperar el castillo y la villa, pues el 5 de Junio ". . . Jaime de Sarroca, obispo de Huesca, encomienda a su escudero, Simón Aparicio, el castillo de Fañanás con todas las cosas que hay en él, según el inventario hecho por el notario de Sesa, García de Arbaniés, a fín de que lo guarde diligentemente y lo defienda por el tiempo de su beneplácito . . .".
La restitución de estas propiedades tuvo que ser muy reciente y cargada de una gran tensión, ya que el obispo manda a su escudero que tome especiales precauciones, ordenándole que ". . . no deje entrar a nadie, fuera de las personas que le acompañan ahora durante la ausencia del obispo; no saque del castillo armas, paños, vituallas ni cosa alguna, a no ser en caso de necesidad para la defensa del castillo o de la villa; no pase ninguna noche fuera del mismo castillo y que de día no salga más allá de la puerta del castillo, a no ser que deje suficiente guardia o que el obispo se encuentre allí; no lo entregue a ninguna persona, a no ser al mismo obispo y, si éste muriera antes de devolverle el castillo, se atenga al testamento que hará, y si muere sin testamento, lo entregue al obispo que le sucediere; en caso de que se defiriera la elección de obispo, lo entregue al prior y cabildo de Huesca . . .", lo cual es aceptado por Simón Aparicio, que ". . . hace al obispo homenaje con la boca y con las manos, según el fuero de Aragón y la costumbre de Cataluña . . .".
1290: Cesión temporal del Castillo a Sancho de Antillón
Este es un año de violentos cambios en el obispado oscense, debidos al nombramiento de Fray Ademar como obispo de Huesca, en sustitución del recientemente fallecido Jaime de Sarroca. Los canónigos oscenses se resisten durante meses a aceptar el nombramiento hecho por el Papa, reaccionando con gran violencia y llegando incluso a agredir físicamente a Berenguer de Quaranta, el vicario y procurador nombrado por Fray Ademar, así como a su séquito. El rey envía un mandato a los canónigos para que admitan al vicario y le den posesión del obispado en nombre de Fray Ademar, lo cual no surte efecto, produciéndose diversas apelaciones y denuncias cruzadas ante la Santa Sede por las diversas partes en conflicto. En un documento firmado en Orvieto (Italia) el 5 de Septiembre, el Papa Nicolás III delega en el deán de Tudela la indagación de la verdad de los hechos denunciados y, caso de ser ciertos, la citación de los inculpados ante la Santa Sede en el plazo de dos meses.
En un documento firmado en Valencia el 28 de Agosto, el Rey Alfonso III de Aragón, apodado el Liberal, concede al noble Sancho de Antillón una donación de 15.000 sueldos jaqueses sobre las rentas del obispado oscense, para lo cual le cede temporalmente los castillos y villas de Fañanás, Escanilla, Lamata y Lecina, cuyas rentas permitirán reunir la cantidad de dinero asignada por el rey a Sancho de Antillón, bien entendido que éste debe devolver los castillos y villas una vez haya percibido dicha cantidad, y que si el obispado desea restituir el castillo con anterioridad deberá pagar los 15.000 sueldos por los que está obligado con el noble Sancho de Antillón.
1291: Posesión temporal del Castillo por el infante Pedro
Informado por Berenguer de Quaranta del grave problema surgido con los canónigos oscenses, el Rey Alfonso III de Aragón envía al infante Pedro, su hermano, para que viaje a Huesca y detenga a los canónigos rebeldes, incautándoles si es necesario sus rentas si no admiten al vicario de Fray Ademar y no le entregan los castillos.
Pero el infante Pedro, que se encuentra en Teruel el 26 de Mayo, acaba de ser informado de la intención de los castellanos de invadir Aragón, por lo que se dirige rápidamente a Huesca para tomar posesión de los bienes de la catedral oscense, consiguiendo al mismo tiempo que los canónigos desistan de su actitud y admitan al vicario Quaranta. Ya en Daroca, a la vuelta de su visita a Huesca, el infante Pedro recibe la noticia de la muerte de su hermano, acaecida en Barcelona el 21 de Junio.
1292: Expulsión de Fañanás de doce sarracenos y un cristiano
Ya bajo el reinado de Jaime II de Aragón y tras tomar posesión de su cargo de obispo, Fray Ademar se muestra sumamente intransigente con personas de otros credos, firmando el 12 de Julio una orden de expulsión para doce sarracenos y un cristiano de la villa de Fañanás, a los que acusa ". . . por el delito de traición . . ." y por ser causa de perdición para el pueblo, considerando además ". . . piadoso, laudable y hasta glorioso . . ." expulsar a los enemigos de la fe, siéndoles confiscados todos sus bienes, que pasan a manos de doce nuevos pobladores cristianos. La acusación por el delito de traición es posible que estuviera relacionada con el asunto de Guillelmona de Sora, quizás por haber defendido su causa, aunque también hubo expulsiones similares en Angüés, Antillón, Lascellas y otras poblaciones.
En el documento del obispo Ademar se establecen una serie de condiciones que deben cumplirse, las cuales permiten conocer algunos datos sobre la economía de la villa y sobre las obligaciones que el obispado imponía a sus siervos:
●  Repartir las propiedades de los sarracenos entre doce cristianos que se nombran.
●  Cada nuevo siervo tendrá en Fañanás "hospicium" (alojamiento), con la obligación de hacer fuego (casa) y de tener un par de bestias que sean suficientes para trabajar la heredad.
●  Explotar fielmente las tierras de cada casa.
●  Pagar al señor del castillo el noveno de todas las cosechas de trigo, ordio, "sigilinis", "mixture", avena, "milii", olivas y otros frutos de árboles, habas, "arbellarum", garbanzos, alubias, lentejas y demás legumbres, nabos, cebollas, ajos, cepas y de todos los demás productos.
●  Pagar al obispo los diezmos y primicias de las cosechas antedichas y de corderos, carnes comestibles, "edulis", lanas, quesos, lino y cáñamo.
●  No levantar la cosecha sin la presencia del alcaide o el representante del obispo.
●  Ayudar al obispo, o a su alcaide o baile, a arar y sembrar las propiedades del castillo dentro del término de Fañanás, durante dos días al año y con un par de bestias por cada casa.
●  Concurrir anualmente, durante dos días y con un par de bestias por cada casa, a la trilla de los cereales del obispo.
●  Que los repobladores y sus descendientes sean ". . . homines solidi et naturales del obispo y de la iglesia de Huesca . . .".
●  La venta de cualquier propiedad debe hacerse saber al obispo, el cual tendrá derecho de preferencia, pagando por ella diez sueldos menos que el mejor postor. Si el obispo no la quiere, podrá ser vendida a cualquiera, menos a nobles, infanzones, religiosos, clérigos, leprosos y santos, salvando siempre el derecho episcopal.
●  El incumplimiento de las condiciones supondrá la confiscación "ipso facto" de la propiedad.
1297: El obispo Fray Ademar empeña el Castillo y la Villa de Fañanás a Oria de Rufas
A pesar del apoyo que le presta el rey Jaime II de Aragón, apodado el Justo, el episcopado de Fray Ademar se caracteriza entre otras cosas por sus grandes necesidades económicas, ocasionadas por la multitud de heredades y deudas del obispado, así como por las obligaciones contraídas por el propio obispo.
El 16 de Marzo, Fray Ademar se ve en la necesidad de empeñar temporalmente el castillo y las rentas señoriales de Fañanás a Oria de Rufas y a su esposo Pedro Garcés de Jánovas, a cambio de la deuda que tenía contraída con la misma Oria de Rufas. A la muerte de su marido, la viuda cede el castillo como dote a su hija y heredera Oria Garcés, casada con el miles Pedro de Pueyo.
1304: El obispo Martín desea recuperar el Castillo y la Villa
El 17 de Junio, el obispo Martín trata de negociar la devolución del señorío de Fañanás, para lo cual nombra como procuradores a Guillem de Valseniu, sacristán, y a Ramón Agut, arcediano de Las Valles, los cuales se personan al día siguiente en el castillo de Fañanás. Oria de Rufas les muestra su legítimo título de posesión, firmado por el obispo Fray Ademar, el cual le otorga la propiedad temporal del castillo hasta que recupere la deuda, justificando la cesión del mismo a su hija y heredera Oria Garcés como dote de su matrimonio con Pedro de Pueyo.
Los procuradores piden a Oria Garcés que preste homenaje de vasallaje al obispo, y así se hace por orden de la viuda, prestándolo en primer lugar de manos y boca a su marido, y rindiéndolo éste seguidamente a los procuradores, quienes confían la custodia del castillo al matrimonio, pero con la condición de devolverla al obispado una vez pasado el plazo de tiempo que había concedido el obispo Fray Ademar.
1310: Pleito entre el obispo de Huesca y Oria de Rufas
El obispado no consigue recuperar el castillo y señorío de Fañanás, por lo que el obispo Martín acude a la Santa Sede, donde obtiene del papa Clemente V una bula expedida en Aviñón el 7 de Marzo:
". . . En tiempo del obispo Ademar, Pedro Garcés de Jánovas y su mujer Oria de Rufas presentaron un falso documento de pignoración de los frutos, réditos y provechos del castillo y villa de Fañanás. Oria Garcés, hija de los anteriores, retiene todavía por el mismo título el castillo y villa de Fañanás, y el obispo de Huesca, Martín López de Azlor, recurre a Clemente V, el cual manda por dicha bula al obispo de Lérida que entienda en el asunto y que si es tal como dice el obispo obligue a Oria Garcés a restituir al obispo, bajo la pena decretada en el concilio de Letrán contra los usureros . . .".
El Concilio de Letrán definía la usura como un crimen por el que los usureros notorios se enfrentaban a múltiples penas, entre ellas las de negárseles confesión, absolución, comunión y enterramiento cristiano a menos que corrigieran su conducta, pudiendo llegar incluso a ser excomulgados, lo cual les prohibía gozar de cualquier privilegio adquirido con anterioridad.
En una bula expedida en Aviñón el 24 de Febrero, Clemente V había ya delegado en el prior de San Pedro el Viejo de Huesca el restablecimiento al obispado de todos los bienes enajenados ilícitamente. Documentos posteriores muestran que el obispado recupera nuevamente el dominio de Fañanás.
1310: El obispo Martín compra el Castillo y la Villa de Abrisén
Martín López de Azlor, obispo de Huesca, desea incorporar Abrisén al patrimonio episcopal, pero no dispone de dinero suficiente para ello, por lo que solicita ayuda económica a los cabildos de Huesca y Jaca a cambio de la cesión de unas rentas anuales, consistentes en 300 sueldos de censo para el de Huesca y 200 para el de Jaca.
El 3 de Octubre, el obispo firma en Sangarrén el documento de compra del Castillo y Villa de Abrisén a los esposos Ferriz de Lizana y Jusiana de Atrosillo por la cantidad de 12.000 sueldos jaqueses, compra que incluye todos los bienes, derechos y honores: ". . . castrum et villam de Abrisen ( . . . ) ab integro et cum hominibus et feminis habitantibus et habitaturis ibidem et cum solis, terris, parietibus ( . . . ) honoribus et possessionibus suis, ortis et vineis, campis, terminis et terris cultis et incultis et melioramentis, heremis et populatis, in montibus et planis, per omnia loca, et cum arboribus diversi generis; censibus, usaticis, servitutibus, adempnis, questiis . . .".
En el documento aparecen citados los límites del término de Abrisén: ". . . Affrontat autem terminus dicti loci de Abrisen cum termino de Ola et cum termino de Alcala et cum termino de Sietemo et cum termino de Faynnanas et de Turribus de Montes et cum termino de Liesa et cum termino de Villellis . . .".
De los 12.000 sueldos pagados, el obispo Martín aporta 4.500, otros 4.500 el cabildo de Huesca y 3.000 el cabildo de Jaca. Bien por el posible fallecimiento de la heredera o por otros motivos, esta compra no respeta la herencia previa que el matrimonio estableció en 1276 a favor de su hija Urraca Ortiz.
13??: La peste negra asola la localidad de Abrisén
Los pobladores de Abrisén debieron desaparecer casi por completo durante las epidemias de peste negra que asolaron Europa entre los años 1348 y 1400. La tradición oral, conservada en la memoria de Luis Turbidi, vecino de Fañanás, habla de una epidemia de peste que asola Abrisén y de la que únicamente se salva una mujer, la cual tras ser rechazada en Siétamo es finalmente acogida por la vecindad de Fañanás, a quienes lega el lugar de Abrisén como única superviviente. Leyendas similares se repiten en muchos otros lugares de la geografía española, adaptadas en cada caso a los topónimos propios de sus territorios, pero lo cierto es que Abrisén ya era propiedad del obispado desde 1310, varias décadas antes de la llegada de la peste negra.
No obstante, estas epidemias sí que ayudarían a explicar el completo despoblamiento de Abrisén, pues de otro modo no es comprensible que desaparezca el asentamiento humano de un lugar tan privilegiado por las aguas.
La extensión ocupada por sus restos arqueológicos hace suponer que Abrisén debió contar con una población similar a la de otras villas próximas, las cuales aparecen documentadas a principios del siglo XVI con 30 fuegos en Fañanás, 20 en Velillas, 20 en Torres de Montes, 20 en Ola, y 30 en Alcalá del Obispo, por lo que bien pudo contar con entre 20 y 30 fuegos.
Cortes de Tarazona de 1.495: ". . . Forman un fuego todas aquellas personas que habitan en una casa y toman despensa de un superior o pater familias contínuamente en dicha casa, lo que ha de jurar el superior o pater familias . . .”
1384: Estado ruinoso del Castillo de Abrisén
El rey aragonés Pedro IV el Ceremonioso ordena la revisión de todos los castillos pertenecientes al obispado oscense, ya que ha sido firmada con Francia una paz no demasiado firme y conviene estar precavidos. El 22 de Marzo, una comisión nombrada al efecto revisa el estado del Castillo de Abrisén:
". . . Aprés desto, día martes, XXII días de março ( . . . ) en el castiello del lugar de Abrisén, fueron personalment constituydos don maestre Jayme de Lidón, vicario general, don Gill de Blancha, capellán mayor, canonges de la Seu d’Uesca; en Bernat Arlovin, comissario, y los ditos Domingo Montagut (maestro de obra de fusta) y Johan de Quadres (maestro de obra de piedra) e viyeron e reconoscieron el dito castiello, el qual era et es del todo scubierto y, en partida, las tapias de aquell derribadas . . .".
El documento describe un castillo muy poco fortificado, pues habla de "tapias" en lugar de muros o murallas, y en un estado muy avanzado de abandono, ya que todas las dependencias tienen sus tejados derruídos.
Los miembros de la comisión se reúnen al día siguiente en Sesa, donde analizan el presupuesto necesario para la reparación del castillo según los cálculos realizados por los maestros de obras: ". . . e assí que trobavan que al todo, lo menos, havía necessario pora la reparación del castiello de Abrisén 10 mille solidos iaccenses . . .".
Como ocurrirá al día siguiente en la correspondiente revisión del Castillo de Fañanás, el presupuesto de las reparaciones necesarias es bastante elevado, siete mil sueldos jaqueses para el Castillo de Fañanás y diez mil para el de Abrisén, pues este último a pesar de ser mucho más pequeño está en peor estado de conservación. Es muy difícil que semejantes cantidades pudieran interesar al obispado, por lo que no debieron tener lugar dichas reparaciones, o al menos no consta que se hicieran. En el caso particular de Abrisén debió existir el agravante de contar con una población bastante disminuida por la epidemia de peste, pues el propio documento ya lo cita como lugar y no como villa, lo cual impediría el cobro de suficientes rentas como para embarcarse en un costoso proyecto de reparaciones.
1384: Revisión del estado del Castillo de Fañanás
El 23 de Marzo, el rey aragonés Pedro IV el Ceremonioso ordena al vicario general Jaime de Lidón que visite el castillo de Fañanás en compañía del capellán mayor Gil Blanca, el comisario Bernart Arlovín, el maestro de obras de fusta Domingo de Montagut y el maestro de obra de piedra Johan de Quadres. Entre las diversas actuaciones que los maestros consideran necesarias se encuentran el derribo de la parte superior de la torre mayor y el uso de la piedra para cerrar el recinto:
". . . en el castiello de Fanyanas reconocieron aquel e las casas e staciones d´aquel, e trobaron que las cubiertas en grant partida eran caydas e derribadas, e de si la torre de piedra mayor del dito castiello que es derribada, assi que d’aquella partida de la torre es el dito castiello abierto . . ." ". . . para baxar un cantón, que y ha alto, en el dito castiello de Fanyanas, de la torre grande de piedra, que es derribada e pora fer ende albacar o muro, para cerrar d’aquella partida el dito castiellyo e otrosi pora recorrer e adobar las cubiertas necesarias de las estanciones e casas del dito castiellyo, entienden que a todo lo menos y ha necessarios siet mille solidos jaccenses . . .".
Siete mil sueldos jaqueses era una importante cantidad que difícilmente pudo interesar al obispado, y de hecho este es el último documento conocido hasta el momento en el que se habla del castillo de Fañanás, pues a partir de esta fecha debió comenzar su definitivo y completo abandono.
Gracias a este documento podemos aventurar una descripción del castillo en esa época, como la que hace María del Carmen Uceda en su imprescindible trabajo "El castillo de Fañanás hasta el siglo XIV": ". . . un muro rodeaba la construcción principal, estancias ocupadas por obispos y alcaides, viviendas para criados, soldados y almacenes para las necesidades agrícolas y ganaderas que surgían de la explotación de las propiedades pertenecientes al castillo. Una torre de piedra, como lugar vigía y defensa más notable del castillo dominaría el muro, estando unida o no a las demás dependencias . . .".
Pedro IV de Aragón muestra siempre una especial generosidad hacia Huesca, que le lleva incluso a fundar la Universidad Sertoriana, la cual inicia su andadura el 12 de Marzo de 1354, aunque no recibe la confirmación pontificia y la reglamentación académica correspondiente hasta el siglo XV, pero como ya se ha comentado anteriormente, esta revisión de los castillos pertenecientes al obispado oscense no tiene una motivación altruista sino de previsión ante una posible guerra con Francia.
1450: Fundación de la Cofradía de la Virgen de los Ángeles
En su obra “El culto mariano en España”, José Augusto Sánchez Pérez cita la fundación de esta cofradía:
". . . En el término de Fañanás (Huesca), está el santuario de Nuestra Señora de Bureta. Su imagen es muy antigua y milagrosa. Todos los sábados de Cuaresma iba todo el pueblo en procesión y la familia que no enviaba algún representante tenía que pagar un tributo. En 1450 se fundó una cofradía bajo el título de Nuestra Señora de los Ángeles, conservando la efigie antigua. Es invocada por los labradores en tiempo de sequías y por las señoras que están a punto de dar a luz . . .".
1450: Apuestas de tiro de barra entre moros y cristianos en Argavieso
La tradición oral, conservada en la memoria de José María Trisán Viñuales, vecino de Fañanás, de la que tomó buena nota Luis Gracia Vicién en su libro "Juegos Tradicionales Aragoneses", nos ha permitido conocer la antigüedad y el arraigo de este juego, siendo además la primera referencia histórica conocida hasta la fecha sobre el tiro de barra en Aragón.
". . . Hacia 1450 el pueblo de Argavieso estaba poblado por moriscos, vasallos de un caballero cristiano llamado Juan de Gurrea. Al servicio de este caballero estaba el moro Mahoma Océn, tan buen capataz como tirador de barra. Como contrincante tenía enfrente a Pitarque de Blasco, de profesión "zabacequia" (palabra aragonesa antigua, derivada del árabe, que significa guarda de acequias). A tal extremo llegó el mito de estos barristas que se dividieron los vecinos, y para dejar las cosas en su punto se organizó la jugada a 10 tandas de 5 tiros. Los moriscos apostaron, como era lógico, por Mahoma Océn y los cristianos por Pitarque de Blasco. La apuesta era de 20 sueldos jaqueses y una comida general. La tirada tenía lugar en "La Sarda" (terreno cascajoso), en el viejo camino entre Argavieso y Fañanás. El notario de Sesa, Juan Joseph Cistué, tenía que dar fe del resultado, cobrando 10 florines de oro. Los moros y el señor de Argavieso, Juan de Gurrea, pusieron a disposición de Mahoma Océn, patas de pollo y leche de cabra porque era abstemio. Pitarque y los suyos prefirieron velar armas con el vino viejo de la Sarda. Después de un día entero de tirada no pudo el notario de Sesa certificar un vencedor. Volvió el pueblo a la normalidad y Mahoma Océn fue hasta el fin de su vida el mejor amigo de Pitarque. Más tarde, cuando el pueblo recayó por herencia en Juan de Araus, no hubo cambios substanciales y moros y cristianos se dedicaron al cultivo de la tierra. Solamente al morir Pitarque se supo su verdadero nombre y origen, se llamaba Domenico Pitarcus y era de Creta, habiendo tomado el "de Blasco" por el nombre de la casa en que trabajaba . . .".
1460: Firma de un acuerdo sobre el uso de la Acequia de Abrisén
El obispado de Huesca impone el 14 de Agosto un acuerdo entre Argavieso, Alcalá del Obispo, Arvisén (Abrisén) y Fañanás relativo a la utilización por dichos pueblos de las aguas de la acequia de Abrisén, unas aguas que antes de esta firma se habían teñido de sangre muchas veces.
Juan de Gurrea, Micer (Señor) de Argavieso, ayudado por los catorce siervos moros de la aljama, había construido la acequia de Abrisén para poder regar sus tierras con el agua procedente del azud de Abrisén, llegando a considerarse desde entonces el dueño y señor del agua que pasaba por ella, hasta el punto de pretender imponer a los otros lugares el impuesto de la "alfarda", un tributo por el uso de las aguas de regadío.
En las Cortes de Fraga de este año, convocadas por el rey aragonés Juan II el Grande, se elige al obispo oscense Guillelmo Ponz de Fenollet como a uno de los setenta y dos hombres que gozan de poderes ilimitados para resolver los asuntos más difíciles del Reino de Aragón, y entre ellos está el conseguir calmar los ánimos de estos pueblos enfrentados contínua y sangrientamente por las tranquilas aguas del Guatizalema.
El problema parece que no tenga una solución posible, ya que no se consiguen compromisos claros, aceptados y firmados por todas las partes en conflicto. Finalmente y haciendo uso de sus poderes, el vicario general ordena traspasar el dominio de la acequia al obispado oscense, debiendo renunciar todos los pueblos a cualquier derecho anterior sobre dicha acequia. El obispado impone la total obediencia a cualquier acuerdo al que se llegue, y si alguna de las partes lo incumple deberá pagar una multa de mil florines de oro dividida en tres partes, una parte para el rey, otra para quienes actúen como árbitros y otra a repartir entre las partes que no hayan incumplido el acuerdo.
1500: El inquisidor Pedro de Soro presbítero de Fañanás
Un documento del 12 de Junio, relativo al acto de consagración del altar mayor de la antiquísima Iglesia de San Lorenzo de Loreto, cita entre otros testigos asistentes al acto al inquisidor Pedro de Soro, presbítero y vicario del lugar de Fañanás.
1506: Juan de Lovain pinta el retablo de la Ascensión en el oratorio de Fañanás
El pintor flamenco participa entre 1485 y 1495 en varias tablas del retablo mayor de San Ramón, en la localidad oscense de La Puebla de Castro. En 1497 aparece documentado en Zaragoza, y en Julio de 1503 en Huesca, ejecutando junto al pintor Francisco Juan Baget el retablo mayor de San Andrés en la parroquial de Sabayés. En su libro "La pintura gótica durante el siglo XV en tierras de Aragón y en otros territorios peninsulares", María del Carmen Lacarra cita la etapa de Lovain en Fañanás:
". . . En 1506, Lovain contrata un retablo, con polseras (guardapolvos) al romano, dedicado a la Ascensión para la localidad de Fañanás, y otro para la capilla de Santo Tomás Canturiense, destinado a la iglesia de San Miguel de Huesca. En el retablo de Fañanás interviene como mazonero (tallador de piedra) Gil de Brabant . . .".
Posteriormente el pintor se traslada a vivir a Pertusa, donde en 1508 recibe el encargo de pintar un retablo para Aso, y dos años después contrata la ampliación del retablo mayor de la parroquial zaragozana de Bujaraloz, también en compañía del mazonero y entallador Gil de Brabant (o Barbant). Como es habitual en la época, su apellido aparece escrito en diversos documentos como Lovayn (más frecuente), Lovain, Lobayn, Lovaina, Locain, Lovayan, Loyban, Loban, Lohan o Lubien.
1548: El obispo agradece a la Virgen de Bureta el cese de una prolongada sequía
Pedro Agustín Albanell, obispo de Huesca, hace donación a la Ermita de Bureta de un retablo gótico y varias imágenes tras el cese de una prolongada sequía que asola toda la comarca durante dieciséis meses.
1553: Reparación del Azud de Pueyo
En su libro "Maestros del Agua", los investigadores Carlos Blázquez Herrero y Severino Pallaruelo Campo mencionan que durante este año se pacta una capitulación entre el Señor de Pueyo de Fañanás (Juan de Gurrea) y el cantero oscense Pedro de Aguinaga, según la cual se comprometen a ". . . la construcción de un azud en el Guatizalema para el riego de este último pueblo . . .". En realidad debió de tratarse de una reparación en la que se decidió ampliar sus posibilidades con la construcción y conexión de una acequia destinada a alimentar las cosechas de Pueyo de Fañanás, pues debe recordarse que según algunos investigadores ya hay noticias de la existencia del azud en el siglo XII.
La medida de 1,70 metros, equivalente a dos varas o cuatro codos árabes, que aparece tanto en la anchura del muro de la orilla derecha como en las losas de coronación del muro de la orilla izquierda, estaría delatando el reaprovechamiento de materiales de una obra anterior e indicando la posible intervención de mano de obra mudéjar o morisca, altamente especializada en construcciones hidráulicas. Dicha medida dejó de utilizarse en el siglo XVII y posteriores.
1560: Visita del obispo al oratorio de Fañanás y orden de construcción de una nueva iglesia
En su libro "Viaje por pueblos oscenses", el genealogista aragonés Pedro Vitales relata que ". . . el 21 de Agosto de 1560 el Ilustre y Reverendísimo Señor don Pedro Agustín, por la divina misericordia Obispo de Huesca, llegó personalmente al lugar de Fañanás, donde fue recibido en procesión con cruz alzada y volteo de campanas, visitando primero el Santísimo Sacramento del Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo, que encontró en el tabernáculo, puesto en medio del altar mayor, en una caja de plata pequeña, puesta dentro de otra caja de marfil, bajo las tres formas y apropiadamente cerrado sobre el altar. También visitó la pila bautismal y las crismeras, y encontró apropiada la pila, también las crismeras. Después el Señor Pedro Vitales, Provisor y Visitador, visitó los ornamentos de la iglesia y primero en el altar mayor de San Juan Bautista . . .".
Al final del documento se da la orden de iniciar la construcción de una nueva iglesia.
". . . Die vicesimo primo mensis Augusti anno Mº Dº Sexagesimo Illtris. et Revdmus. Dominus Petrus Agustín, divina miseratione Oscensis Episcopus, accessit personaliter ad locum de Fanyanas, in quo receptus processionaliter cruce erecta pulsatisque campanis, visitavit primo Sanctissimum Sacramentum Corporis Dni. Ntri. Jhesu-Xpti., quod invenit in tabernaculo, in medio altaris majoris posito, in capsulam quadam argentea parva, posita intra aliam capsulam eburneam, sub tribus formis et supra aram decenter reconditum. Item visitavit fontem baptismalem et vasa chrismatis et invenit decentem fontem, vasa quoque decentia. Deinde Dominus Petrus Vitales, Provisor et Visitator, visitavit ornamenta ecclesie et primo in altare maiori Sancti Johannis Baptiste . . .".
". . . halló el altar de piedra, una lapida buena, tres manteles, un antealtar de tertiopelo verde, una coraça, tres corporales con sus fijuelas, verba-consacrationis, dos lamparas con sus platos. Item en el altar de Sanct Sebastian, una coraça y un antealtar de guadamazil. Item en el altar de Ntra. Senyora, el altar de piedra, unos manteles, una lapida, un antealtar de guadamazil con la ymagen de Ntra. Senyora, un mantico de una telilla. Item una casulla de telilla, con çenefa de brocado con camissa y todo aparejo; otra casulla de damasco verde con todo su aparejo, tres casullas de fustan blanco, con sus estolas y todo su aparejo; un palio de raso leonado y atoques de damasco verde, otro antealtar de guadamazil dorado una almuça de tertiopelo morado, quatro palos para llevar el palio del Stmo. Scrnto., una custodia de plata con su belica, un caliz pequenyo y una cruz de plata, dos çirios pasquales pintados, tres missales: dos de los pequenyos y uno de los grandes; un quaderno de mossen Dios; una lanterna, calderica y campana; una arca para los vestimentos, seys escanios, un escanio para los muertos. En el campanario, dos campanas grandes y una pequenya para la sagra. Una capa de jamelote azul, un sohrepelliz y un roquete.
Lo que se mandó hazer: Primo que el caliz se deshaga y se haga de catorze a quinze onzas, anyadiendo plata y se compre un estuche para el otro; un estuche para la custodia, un par de camissas buenas y quatro amitos; un sobrepelliz y un roquete; un fagistol para el libro y enquadernar el missal pequenyo y el quaderno de mossen Dios; un caliçico para dar agua a los enfermos quando resçibieren el Stmo. Scrnto., un panyo con su franxa de seda para sobre la capsica del Stmo. Scrnto. Item retejar de yglesia y cerrar el ciminterio y recantillarlo, un panyo para los muertos, sobre el escanyo, dentro de siete u ocho escudos, y quatro manteles para los altares, lo qual todo mandamos se cumpla dentro de quatro meses, en pena de diez ducados. Item mandamos se haga una yglesia con campanario y cruzería muy buena para cuya yglesia, y ver el más conveniente lugar que queremos entre veçinos y nuestros offiçiales ...”.
1566: Referencia puntual a Fañanás
Un informe sobre el estado de la diócesis oscense, redactado en 1566 y conservado en el Archivo de la Catedral de Huesca en el pliego "Proceso de las iglesias de Barbastro y Jaca", cita a Fañanás como un lugar de señorío eclesiástico con 14 casas.
1568: Ordinaciones para el gobierno del lugar
En un documento del 22 de Febrero, el obispo oscense Pedro Agustín y Albanell dicta unas ordinaciones (ordenanzas) para el gobierno del lugar.
1568: Inicio de la construcción de la nueva iglesia
El maestro Miguel Altué inicia la construcción de la nueva iglesia de Fañanás, cuyas piedras comienzan a ser labradas por el cantero oscense Joan de Castillón.
1604: Estatutos contra daños en las propiedades
El Concejo de Fañanás, compuesto por el justicia Martín de Coscullano y los jurados Juan Buil y Martín de Marcén, celebra una reunión el 19 de Septiembre en la que se aprueban unos estatutos sobre los predios y términos del lugar, estableciéndose diversas penas para todos aquellos ". . . hombres y mujeres mayores de diez años, respondiendo de los menores sus padres . . ." que no respeten las frutas y hortalizas de los huertos, viñas y campos o produzcan daños en las propiedades.
1607: Reparación del Azud de Abrisén
El 16 de Septiembre, el cantero oscense Juan Valent pacta una capitulación con los jurados de Fañanás, Gil de Liesa y Martín de Ambos, y los jurados de Alcalá del Obispo, Marco Santarromán y Antón de Carrilla, según la cual se compromete a fabricar un cabezal de piedra fuerte, de 16 varas de ancho y unos 7 u 8 palmos de largo, entre los estribos del azud situado sobre el Guatizalema en la partida de Abrisén, utilizando para ello piedra ". . . sacada de la pedrera de la Huega de la Valle . . ." que será colocada en filadas de sillares, comprometiéndose también a realizar las reparaciones que se consideren necesarias, percibiendo por todo ello la cantidad de 800 sueldos jaqueses.
1610: Impulso definitivo a la nueva iglesia que se edifica donde estaba el castillo
Juan Monzón, cantero de Huesca, pacta una concordia con Gaspar de Gurrea y su mujer Juana González y Cerdán (Señores de los lugares de Pueyo de Fañanás e Ibieca así como de las Baronías de Arbaniés y Argavieso) por la que se compromete a la construcción de la iglesia de Fañanás ". . . en el sitio donde estaba el castillo . . .", cuyas dimensiones serán de 75 palmos de largo, 35 de ancho y 50 de alto.
El documento establece todos los materiales que deberán ser utilizados en la obra, así como las capillas, sacristías, coro y campanario con que contará, debiendo estar terminada y reconocida antes del 1 de Enero de 1614, a cambio de la cual el maestro cantero percibirá el importe de la Primicia (impuesto de carácter obligatorio cobrado por el obispado) de nueve años.

Fragmento del mapa del obispado oscense realizado por Joao Baptista Lavanha (1550 - 1624), conservado en la Biblioteca Nacional de España
1625: Pedro de Ruesta construye el retablo de San Juan Bautista de la nueva iglesia de Fañanás
El maestro barbastrense Pedro de Ruesta pasa a convertirse en un arquitecto famoso a raíz de su trabajo en la capilla del Santo Cristo de los Milagros de la Catedral de Huesca, trabajo encargado por el obispo oscense Juan Moriz de Salazar que le otorga una gran popularidad en la comarca.
En 1625, mientras da los últimos retoques a su trabajo en la catedral oscense, firma una capitulación con el Concejo de Apiés por la que se obliga a construir un retablo con las figuras que el pueblo desee y con las del Santo Cristo, la Virgen y San Juan en la caja central. Este mismo año se compromete también a ejecutar el retablo de la invocación a San Juan Bautista para la nueva iglesia parroquial de Fañanás.
1720: Reparación de la Ermita de Bureta
Fray Roque Alberto Faci menciona en sus escritos de 1739 la reparación de la ermita que tuvo lugar años atrás: ". . . la antigüedad de esta ermita es mucha como lo dicen los vestigios que se hallaron, al renovarse en los años de 1720, de varios sepulcros y otros . . .".
1737: Procesión de la Virgen de Bureta y fin de la sequía
Como relatará Fray Roque Alberto Faci años después, la capital oscense y sus alrededores sufren este año una grave sequía, y la vecindad de Fañanás decide llevar a la Virgen en procesión desde la ermita hasta la iglesia parroquial: ". . . iban todos los de la procesión, descalzos, y muy en breve fue tanta la lluvia, que consoló a Fañanás, y a todos los pueblos vecinos . . .".
1739: Fray Roque Alberto Faci describe la fama milagrera de la Virgen de Bureta
En su obra "Aragón, Reyno de Christo, y dote de María Santissima", el religioso carmelita hace una completa descripción de la Virgen de Bureta y de sus muchos milagros:
". . . Nuestra Señora de Bureta, en los términos del lugar de Fañanás. Está situado el lugar de Fañanás en las riberas del río Guatizalema (bien celebrado por sus aguas) entre los pueblos de Alcalá del Obispo, Argavieso, y Pueyo. Centro de sus términos (y en él el de sus corazones María SSma.) es un montecillo, llamado por su partida, Bureta, de donde se mira abreviada, dilatada amenidad. En este hay una ermita muy capaz, dedicada a Nuestra Señora de los Ángeles; pero en el de Nuestra Señora de Bureta, venerada en su altar, puesto a la parte del evangelio, mostró siempre Nuestra Señora su más especial patrocinio, y quizás esta por esto, tomando el nombre del montecillo, lo dió el santuario. ¿Qué signifique su renombre de Bureta?, no se alcanza, si no es, que digamos, que significando en el idioma francés, Burete, y Bruire, ruido, y en lo moral, Fama, y Rumor, se dijera así la santa imagen, por la fama de sus muchos milagros.
La antigüedad de esta ermita es mucha, como lo dicen los vestigios, que se hallaron al renovarse en los años de 1720, de varios sepulcros, y otros. No se sabe, sea la santa imagen aparecida, pero sí, antigua y milagrosa. La Cofradía aquí fundada bajo el título de Nuestra Señora de los Ángeles, y que cuida del culto de Nuestra Señora de Bureta, se fundó en el año de 1450, como consta de las memorias antiguas del libro de la Cofradía, visitado por los señores obispos de Huesca.
Es la santa imagen de Nuestra Señora de Bureta de madera, su rostro es bellísimo, y tanto, que creen sus devotos, ser difícil hallarse otra, que la exceda. Está sentada. Su vestido es colorado, con estrellas blancas. Lleva zapatos de punta. Tiene Ntra. Sra. al niño Jesús sentado en la falda. El vestido de este es verde, con estrellas blancas, y coloradas, debajo de su mano izquierda tiene un orbe. Ambas imágenes se adornan con coronas de plata.
Todos los Sábados de Cuaresma viene Fañanás al culto de Ntra. Sra. en procesión, y se apena la casa de quien, al menos, no concurre una persona. Dícese misa en ese día, por fundación de la Cofradía, en el segundo día de Pascua de Resurrección se repite la misma procesión, y se dice misa cantada, y concurren de todos los lugares vecinos a venerar a Ntra. Señora, y no a diversiones indignas, que se procuran impedir con devotos ejercicios. En el día de la Asunción de el Señor se hace la misma procesión, y se canta misa, y después se reparte pan, que llaman de Caridad. La fiesta principal de Ntra. Señora se hace en el día de su Asunción a los Cielos, concurriendo toda la Cofradía, y es innumerable el concurso de todos los pueblos vecinos. La devoción de esta santa imagen se demuestra antigua, por la hacienda, que posee, en varios campos, divididos entre los vecinos de Fañanás, de quienes cobra la Décima, y Primicia, y consta, ya por su Cabreo, ya por los Decretos de Visitas de los señores obispos de Huesca.
En las necesidades públicas se trae la santa imagen a la iglesia parroquial, y aquí concurren con Fañanás los pueblos vecinos, a su novena, y después a restituirla a sus aras. Jamás quedaron sin consuelo en estas necesidades, los que de veras la invocaron Madre de afligidos. En el año de 1737, padeciéndose mucha necesidad de agua en el territorio de la Ciudad de Huesca, el lugar de Fañanás, sin avisar a los pueblos vecinos, determinó traer a la Santa Imagen en veneración a la iglesia parroquial, y al comenzar a cantar la letanía en la ermita, fue tanta la emoción de los corazones de los fieles, que ni los sacerdotes pudieron proseguir la letanía, iban todos los de la procesión, descalzos, y muy en breve fue tanta la lluvia, que consoló a Fañanás, y a todos los pueblos vecinos. Agradecidos estos, pidieron, ser incorporados en la Procesión de Gracias, pero todos a pies descalzos, y las continuaron, cantando misa a Ntra. Señora.
No se debe omitir lo que sucedió ante todos estos pueblos congregados para celebrar la Misa de Gracias. Al comenzarse la misa, compuso un devoto la lámpara, y no dejando la soga de ella segura, cayó la lámpara sobre los ladrillos, y ni se rompió ella, ni se derramó gota alguna de su aceite, y con esto queda dicho, que ni de agua. Se tuvo por Milagro, y se pudo autenticar con tantos testigos, como concurrieron. En las necesidades de los partos, es muy singular su patrocinio, y no se sabe en sus devotas, desgracia alguna en tales casos. Su capilla está llena de varias preseas, y entre ellas dos cirios grandes, con las armas de dos señores obispos de Huesca, y uno de ellos es el Ilmo. Señor Don Augustín de Frago, como lo denotan sus armas.
En tiempo, en que aún vivían moriscos en Aragón, y partido de Huesca, sucedió una cosa prodigiosa, y graciosa, como dice la tradición: el lugar de Nobales tiene derecho a las aguas de Guatizalema, los Sábados, y queriendo atajar las de la azequia Molinar un morisco, desquició la puerta de la ermita de Ntra. Señora, y se la llevó a las espaldas, para atravesarla en la dicha acequia, pero se dice, que jamás pudo sacudirla, y sacarla de las espaldas, hasta que la restituyó al portal de la ermita, así quedaría corregido el sacrílego ladrón morisco, y en todos la memoria, para el escarmiento de quien profana las iglesias . . ."
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1741: Reparación integral del Azud de Pueyo
El cantero Esteban Acarte lleva a cabo una reparación integral del azud de Pueyo de Fañanás, promovida por Antonio Pignatelli Aragón y su esposa Francisca Moncayo, como indica la losa de construcción colocada en el estribo de la orilla izquierda, en la que aparece también un escudo heráldico con las armas de los Pignatelli Aragón.
1783: Ampliación y reparación de la iglesia de Fañanás
El 9 de Marzo, Lorenzo López, secretario del obispo oscense Pascual López Estaún, concede la ejecución de las obras de ampliación y reparación de la Iglesia de Fañanás al maestro cantero oscense Francisco Laspalas por 844 libras jaquesas.
Aunque dicha cantidad es bastante inferior a las 1.200 libras jaquesas en que fueron tasadas las obras, la parroquia aporta a cambio algunos materiales y otros recursos no dinerarios tales como 102 juntas de carro con los hombres necesarios para su carga y descarga, las piedras para la sacristía y el cíncavo que se deshacen, yesos, ladrillos para pavimento, maderos, tablas, cañizos, vidrieras, claraboyas, puertas, ventanas y rejas necesarias.
1785: Referencia puntual a Fañanás
Documentos de 1785 confirman que Fañanás continúa en aquel momento bajo dominio señorial eclesiástico.
1792: Cita de Abrisén en el mapa de Pedro Blecua y Paúl
Abrisén aparece en el mapa de Pedro Blecua y Paúl como una pardina, es decir un terreno ya despoblado donde hubo anteriormente un núcleo de población.

Fragmento de la pintura “El Pilar no se rinde” realizada en 1885 por el pintor madrileño Federico Jiménez Nicanor
1792: Fañanás vista por Pedro Blecua y Paúl
En su obra "Descripción topográfica de la ciudad de Huesca y todo su Partido en el Reyno de Aragón" describe que ". . . la iglesia es moderna de cantería con todo bien dispuesto y con el adorno correspondiente a expensas de la primicia . . .". También habla de la ermita de Nuestra señora de Bureta, ". . . de fábrica muy capaz y muy bien adornada . . .", indicando además que ". . . está situado este lugar en una buena llanura, a la derecha y orillas del Guatizalema, que tiene su buen puente de piedra, con algún plantío en sus huertos, que hermosean sus alrededores de frutales y álamos en sus riberas . . .".
Es lógico que se lleve una muy buena impresión de Fañanás, puesto que la ermita de Bureta había sido reparada setenta y dos años antes y la iglesia que le parece moderna había sido ampliada y reparada nueve años antes de su visita.
1809: Muere en Fañanás el obispo Joaquín Sánchez de Cutanda
Joaquín Sánchez de Cutanda y Miralles, obispo de Huesca, había asistido en 1808 a las Cortes convocadas por el General Palafox en la capital aragonesa. Un año después, huyendo de una Huesca ocupada por las tropas invasoras del general francés Martier, el prelado se refugia en Fañanás, donde ha de detenerse atacado de una gravísima dolencia, muriendo el 28 de Febrero y siendo enterrado en la catedral oscense.
Foto de encabezado: Fragmento de la pintura "La Campana de Huesca" realizada en 1880 por el pintor palentino José Casado del Alisal